Si miramos la vida de San Buenaventura, comprendemos que desde su humanidad se animó a escuchar en lo profundo de su corazón y mente el llamado de su vocación, a mirar en la sencillez de la vida cotidiana la presencia de nuestro buen Dios en su historia y en la de los demás, a vivir en la humildad que invita a reconocer lo valioso y bueno en sí mismo y en todos y todo.
“Abre, pues, los ojos, acerca los oídos espirituales, despliega los labios y aplica tu corazón para en todas las cosas ver, oír, alabar, amar y reverenciar, ensalzar y honrar a tu Dios”. (Itinerario del alma a Dios, I)
Paz y Bien
NUESTRA VISIÓN
Construcción permanente y compartida de una escuela en clave
pastoral al estilo franciscano, con un proyecto integrador en todos sus niveles
y dimensiones.
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